Gravitar

El tiempo se obstina en destruirlos. Creéme. No tengo. Si tuviera te daría. Mentira. No me conocés. Mentira. Yo tampoco. Yo los conozco. De verdad. Vivían en frente de casa.  Flotaban en alquitrán. Se hundían los dientes en la espalda. Creéme. Mentira. Siempre es mentira. Te lo juro. Te lo juro por mi mamá que no existe. Tenían alas. No, no tenían. No tenían pero podrían haberlas tenido. Cuestión de suerte. Hay quienes las tienen y quienes las compran. Ellos las tenían. Saltaron sin dudar. Con los ojos abiertos. Yo lo vi con mis propias manos. Tenían hambre. Se tenían hambre. Después todo fue fuego y luz. Vi las sábanas arder. Vi el suelo derretirse. Claro que no. No comprenderías. En serio, no tiene sentido. Está bien. Si insistís, si. Si vos querés, entonces si. A pesar del fuego los vi jugar. En serio. Los vi reírse. Pero no. No. No esa risa. Otra. Se reían con todo el cuerpo. Se retorcían. Se apretaban. Se mordían. Se sacaban sangre. Pedazos de ellos por todos lados. Yo lo vi. No paraban de reirse. No, no miento. Los vi. Tardaron tres vidas en encontrarse. Me lo contó ella en un sueño. Tardaron tres vidas y sólo tuvieron tres segundos de gracia. Antes del fuego. Antes del salto de fe. Ya sé. Ya sé. Eso ya lo conté. No. Sé que lo odias. Perdoname ¿ Me perdonás? ¿Si? Bueno. Si. Gracias. Si. Ya sé. Como te dije, ellos lo sabían. Sabían pero hacían como que no. Aquí no pasó nada y seguimos. Contaron hasta diez de atrás para adelante. Yo los escuché.  Siete veces no debo. Y la promesa con los labios. Yo los vi. Yo sé lo que les pasó. Y un día. Un día. Cuando el fuego lo haya consumido todo. Cuando desaparezcan los mares. Cuando los relojes no completen la vuelta. Cuando los pájaros se esfumen en el aire sin más. Ese día. simplemente los llamaré por su verdadero nombre  y los traeré de vuelta a la vida. Si. Si, algún día…

 

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